Artista : Francis Sartorius jr.
Título : Four frigates capturing Spanish treasure ships, 5 October 1804
Fuente: Wikipedia
El día 5 de octubre de 1804, a las 9,15h, la fragata española Las Mercedes exploto a pocas millas de las costas de Cádiz debido al ataque de la escuadra inglesa que la perseguía. En ella servían 282 tripulantes, de los cuales 93 eran grumetes y 5 pajes. Como pasajeros viajaban 23 civiles, 19 de ellos mujeres y niños.
¿Cómo se llegó a esta desgracia?
La paz de Amiens
La situación política en la Europa de 1801 fluctuaba en contra de Inglaterra; el tratado de Lunéville entre Austria y Francia, la ruptura de la alianza entre Rusia y Gran Bretaña, la organización de la Liga de los Estados del Norte y la ocupación por parte de Prusia de Cuxhaven y Hanóver indicaba que los países europeos se orientaban contra Inglaterra.
Además, la situación interna inglesa no era mucho mejor ya que los bloqueos de los principales puertos franceses y españoles, así como las “subvenciones” a los aliados y las malas cosechas habían generado una crisis difícil de mantener.
La política general de Inglaterra a lo largo de su historia ha sido siempre atacar aquel país que pueda alterar el “equilibrio de fuerzas” en el continente europeo, o su poderío marítimo. Por esto, y ante el cariz contrario a sus intereses que tomaba la política europea, decidió intervenir de forma más contundente de lo habitual. El Zar Pablo I fue asesinado bajo instigación del embajador británico y el nuevo zar Alejandro I tuvo que firmar un tratado de amistad con Gran Bretaña, además de mediar para conseguir la expulsión francesa de Egipto (seguida por la ocupación inglesa).
En 20 años Gran Bretaña, con una agresiva política de conquista de las colonias francesas y españolas había pasado de controlar el 37% del comercio internacional a un 80% por lo que no podía permitir que otras naciones potenciaran su comercio y fuerza naval.
La pujante Francia, con el Primer Cónsul Napoleón Bonaparte al mando, intento sacar provecho de la delicada situación británica con el tratado de Amiens, firmado el 25 de marzo de 1802, y de paso estabilizar el régimen salido del golpe contra el Terror de la Revolución. Además, neutralizaba a los monárquicos franceses, que perdían el apoyo inglés.
Sin embargo, esta tregua duraría poco, ya que Napoleón, en una demostración de fuerza, trasladará un ejército de cerca de 500.000 efectivos a la costa del Canal, amenazando con una invasión.
El estado de guerra se declaró el 20 de mayo de 1803 entre Inglaterra y Francia, arrastrando a sus respectivos aliados a una vorágine que cambiaría Europa.
Las Mercedes
La fragata Nuestra Señora de las Mercedes fue botada el 15 de noviembre de 1788 en el real Astillero de La Habana. Su dotación artillera era de 34 cañones. Era la tercera de una serie construida en La Habana que se había iniciado dos años antes bajo la dirección de José Romero y Fernández de Landa, ingeniero general. Su desplazamiento era de cerca de las 1140 toneladas
Su porte era mayor que el de las fragatas construidas con las ideas de Jorge Juan y su artillería consistía en una batería con 13 cañones de 12 libras por banda y 8 cañones de 6 libras distribuidos entre castillo y alcázar. Como era costumbre, las fragatas se comparaban entre ellas para conocer mejor sus cualidades y defectos. Se buscó una fragata que tuviera más velocidad y mejor aguante de vela. Su montaje se realizó aplicando la “construcción española”, muy alabada en aquella época. En la Mercedes se utilizaron las maderas habituales de aquellos momentos, incorporando materiales propios de Cuba y costa de Méjico, como roble, pino, cedro y caoba. El casco en la zona bajo el agua estaba forrada de cobre clavado al forro exterior.
Hay que considerar que la artillería con la que se botó fue modificada, reduciendo el número de cañones de 6 libras, de 8 cañones a 6 cañones, y se le incluyeron 8 obuses de 24 libras y 12 de 3 libras. Es de indicar que durante todo el siglo XIX la artillería de los buques españoles siempre era inferior a la de los ingleses. Por ejemplo, mientras que la Mercedes portaba cañones de a 12 libras, la fragata a la que se enfrentó portaba cañones de 18 libras, además de 10 mortíferas carronadas de 24 libras. Para que nos hagamos una idea de la desproporción de fuego, la suma de andanada de la fragata inglesa que atacó a La Mercedes era de 1101 libras de bala y 864 libras de metralla, mientras que las fragatas españolas podían disparar 765 libras de bala y 408 libras de obuses. Si a esto le sumamos que la dotación de La Mercedes era de 41 tripulantes menos de los reglamentados, nos podemos hacer una idea de la situación defensiva del buque.
No solo el apartado defensivo era deficiente, sino que su capacidad marinera estaba por debajo de lo que debería ser. La reducción de lastre y calado que se produjo en la parada de El Ferrol la hizo muy lenta y poco velera con lo que dificultaba su capacidad de maniobrar.
El viaje de La Mercedes
El postrer viaje de la fragata Nuestra Señora de Las Mercedes se inició en el puerto gallego de El Ferrol el 27 de febrero de 1803 en dirección de El Callao de Lima.
A pesar de que la guerra con Inglaterra acabo en 1802, ante una situación internacional inestable, y para mejorar la posibilidad de defensa, partió junto a la fragata Santa Clara. Como hemos dicho anteriormente, La Mercedes no era muy marinera por lo que tuvo que entrar en Montevideo el 25 de abril para reparar el bauprés. De allí haría escalas en las Islas Malvinas, Valparaíso y Arica, llegando al Callao de Lima el 7 de agosto de 1803 tras 162 días de singladura, con necesidad de reparaciones en sus obras muertas.
Por el inicio de la guerra entre Inglaterra y Francia, la flotilla no partió hasta el 31 de marzo de 1804 con Cádiz como destino final. En este caso la flotilla la componían las fragatas La Mercedes, La Clara y La Asunción. En el apostadero de Montevideodonde hicieron escala se les unió la fragata Fama. Con viento fresco (buen viento) partieron el 9 de agosto de 1804. Como ya hicimos referencia anteriormente, la tripulación era inferior a la que exigía el reglamento y los fondos de cobre del casco mostraban grandes debilidades.
Comandaba la flotilla D. Jose de Bustamante, marino de amplia experiencia que en su momento comandó la corbeta Atrevida en la famosa Expedición Malaespina. La destrucción y captura de la flotilla hizo que se perdiera la derrota y el diario de navegación, pero se puede hacer una idea aproximada de esta gracias a otros recorridos similares realizados por otras fragatas anteriormente. Como es lógico, las rutas se establecían en función de vientos, corrientes y los temporales de la estación. La ruta partía de Montevideo y derrotaba en arco hasta el oeste de la isla de El Hierro. De ahí se tomaba dirección norte derivando hacia el Cabo San Vicente, desde donde quedarían pocas jornadas hasta Cádiz.
Como ya hemos dicho, La Mercedes no era una nave rápida ni ágil, y con el añadido de su valiosa y pesada carga esta velocidad se reducía más aún. Esto hacía que, ante la necesidad de proteger los caudales, el grupo fuera mucho más lento y alargase el viaje.
El 4 de octubre, cuando la flotilla se encontraba junto al cabo San Vicente la situación no era muy favorable, con numerosas personas enfermas de calenturas y baja capacidad bélica. Incluso el comandante Bustamante se encontraba muy aquejado de enfermedad.
La desgracia hizo que, en la jornada siguiente, a un solo día de navegación de Cádiz, se avistara un grupo de cuatro fragatas inglesas de gran tamaño (una de ellas, la Indefatigable era un navío de 64 cañones reducido a fragata). La precaución hizo que se tomaran medidas urgentes de defensa, aunque según varios navíos avistados con anterioridad, Inglaterra seguía en paz con España. Incluso dos bergantines enviados por los ingleses para localizar a los españoles mostraron a la flota de Bustamante periódicos de Madrid que confirmaban esa paz.
La esperanza de Bustamante era que el grupo inglés solo quisiera hacer un reconocimiento.
Las intenciones no parecían muy amistosas viendo como la línea inglesa se situaba a barlovento (situación ideal para abrir fuego) y demandaban origen y destino al grupo español, de lo que se les informo correctamente que de América a Cádiz. Cada una de las fragatas inglesas tenía a tiro a una de las disminuidas fragatas españolas, que además estaban embarazadas por la obligación de proteger a La Mercedes. Un bote de la Indefatigable traslado un oficial inglés a bordo de La Medea para comunicar que tenía “orden de su Comodoro (Graham Moore) de detener la división española y llevarla a puertos de Gran Bretaña, aunque para eso tuviera que emplear las fuerzas superiores con las que contaba”. Como ya hemos comentado, la disparidad artillera y de tripulaciones era notable, pero entre buques similares no se podía evitar el combate a menos que la disparidad fuera muy grande. Esto lo sabían perfectamente los ingleses y por ello tomaron todas las medidas para que el combate se produjera. Si hubieran dado tiempo a que llegara el navío Donegal de 74 cañones, de la flota de Nelson, el combate seguramente no se hubiera producido.
Tras cinco minutos los navíos ingleses hicieron dos cañonazos de aviso. El oficial inglés hizo una seña a su buque y volvió a él en bote. Mientras, reunidos los oficiales españoles, se les arengo a defender la flota del Rey si fuera necesario y se apresto a esperar la respuesta inglesa.
En el mismo momento que el oficial llego a la fragata del comodoro inglés, ésta disparo un cañonazo de aviso a las demás para abrir fuego, tanto de artillería como de fusilería. Cogida por sorpresa la flotilla española, ya que estaban en teórica paz con Inglaterra, tardaron unos minutos en responder.
Mala era la posición de la línea española, ya que a barlovento y a un tiro de pistola, hasta los tacos ardiendo de los cañones ingleses llegaban a los barcos españoles.
Tras media hora de cañoneo y fuego de fusil, un cañonazo afortunado alcanzo a La Mercedes, volando por los aires con toda su tripulación y pasajeros.
El resto se puede suponer. Una línea española conmocionada por la explosión de La Mercedes, con inferioridad en buques y armamento, con oficiales enfermos y marinos de leva totalmente desmoralizados al ver los restos de La Mercedes, no podía seguir combatiendo mucho tiempo.
A las diez y media La Medea tuvo que arriar la bandera. Quince minutos después, La Clara rodeada por dos fuegos debió rendirse también. La Fama continuó combatiendo contra la Lively y a continuación también contra Medusa. A las 12,30, con 40 heridos, 11 muertos, 5 pies de agua en la bodega, la caña del timón rota, palos y vergas acribillados y sin posible uso debió arriar bandera.
En resumen, a pesar de que la Fama desarbolo a una de las fragatas inglesas, todas fueron capturadas y llevadas a puerto inglés. El sufrimiento de las fragatas españolas fue terrible, con todos los palos destrozados y velamen desgarrado, haciendo mucha agua debido a gran cantidad de cañonazos recibidos.
Hay muchos indicios de que los ingleses dispararon bala roja (perforante e incendiaria prohibida por el derecho de guerra del momento) tanto contra La Mercedes y posteriormente contra la Clara, lo cual podría la razón de la tremenda explosión.
Los pocos supervivientes de La Mercedes tuvieron que esperar horas para ser recogidos del mar.
Este deplorable ataque causó una gran conmoción tanto en la opinión pública española como inglesa y se utilizó como uno de los argumentos de la declaración de guerra del 12 de diciembre de 1804.