Antecedentes

El siglo XVI no fue muy tranquilo en el Mediterráneo. En ambos extremos se enseñaban los dientes dos grandes imperios; en Occidente,  la Monarquía Hispánica, con grandes territorios en Europa y plazas fuertes en el norte de África, desplegaba sus alas en los nuevos territorios de las Indias, futura fuente de riquezas. Mientras al otro extremo, la Sublime Puerta, o Imperio Turco, había avanzado destruyendo el  Imperio Bizantino y dominando gran parte de la zona balcánica, Grecia, Egipto y numerosos puntos del norte de África desde los que lanzaban los piratas berberiscos numerosos ataques para la captura de riquezas y esclavos contra las costas y navíos  cristianos.

El  toma y daca fue constante, ya que  la Monarquía Hispánica no se quedó de brazos cruzados. La toma de Trípoli, Túnez o la defensa de Viena por parte de los cristianos, fue respondida con la toma de Rodas, Chipre y la  expulsión de estas islas de los caballeros de la Orden de San Juan (anteriormente la Orden del Hospital).

Los caballeros de la Orden de San Juan acudieron al Emperador Carlos para solicitar su ayuda y un nuevo lugar para su sede. El Emperador, conocedor de su eterna lucha con el islam, y necesitado de apuntalar el Mediterráneo oriental, les entrego la isla de Malta. Gracias a esta entrega, Malta se convirtió en muro y puñal contra el imperio turco y los caballeros en férreos aliados de la Monarquía Hispánica.

Los caballeros de la Orden de San Juan eran enemigos implacables del imperio turco,  manteniendo una constante presión con sus ataques a las naves musulmanas que atravesaban el Mediterráneo.

Hombres diligentes, los caballeros de la orden de San Juan, también conocidos como La Religión, realizaron en Malta, que cuenta con numerosos fondeaderos, numerosas obras de puertos y fortificación, reforzaron las preexistentes y algo casi más importante, crearon  un sistema de administración novedoso y un sistema legal que se complementó con el local favoreciendo la relación de los caballeros con las elites locales.  Gracias a estas reformas en  la isla de Malta, la importancia tanto militar como económica de la isla se incrementó paulatinamente. Su puerto se convirtió en uno de los más seguros y atractivos para el comercio de las rutas mediterráneas de la zona. Los ahora llamados Caballeros de Malta desarrollaron una notable marina que se utilizaba tanto para el comercio como para el corso contra la Sublime Puerta y sus acólitos.

 

Esto genero un importante aumento de población. Según las “revelaciones” que realizaba de forma habitual el Tribunal del Patrimonio Real de Sicilia la población paso de 5000 almas a principios del S XVI a 32000 en 1590. Esto permitió una mejora agrícola y un aumento de la capacidad de resistencia frente a los ataques musulmanes.

La Orden de Malta estada dividida en sus diferentes lenguas que a saber eran: la lengua de Auvernia (franceses), la lengua de Inglaterra (casi extinta debido al paso al protestantismo de la corona inglesa), la lengua de Provenza (genoveses), la lengua de Aragón y la lengua de Castilla.  Cada una de las lenguas contaba con un bastión en la ciudad del Burgo. Su gran Maestre en 1565 era el ya anciano  Jean Parisot de la Valette, hombre muy respetado tanto por los caballeros como por el resto de los malteses.

 

La reacción turca

Solimán en Magnífico, Sultán del Imperio Turco, ya entrado en años, decidió sacarse definitivamente la espina maltesa y, en 1565, organizo una formidable flota de más de 220 naves y 34.000 hombre entre siphais, jenízaros, corsarios y “chacales” berberiscos. Frente a ellos se encontraban los 6.000 defensores de Malta entre los que se encontraban los 500 caballeros malteses y los 400 infantes españoles que el virrey de Sicilia había hecho llegar en el último momento como refuerzo urgente.

¿Y la ayuda del Imperio?  Desde el desastre de los Gelves , en los que la flota hispánica al mando de Hugo de Moncada, fue destrozada al ser pillada por sorpresa  mientras las tropas fortificaban la isla recién conquistada, esta sería muy complicada de conseguir. En los Gelves las  54 galeras cristianas fueron atacadas por 86 navíos musulmanes. La mitad de la flota imperial fue hundida y según algunos autores, sufrió hasta con 18000 bajas entre sus hombres. Los 3000 últimos defensores cristianos se refugiaron en la fortificación recién construida y resistieron el asedio hasta que las tropas de Constantinopla se hicieron con los pozos de agua. Tres meses después del comienzo del asedio los 1000 últimos defensores se rindieron y fueron utilizados para construir y formar parte de la siniestra “Torre de las Calaveras”, torre compuesta de  calaveras unidad por argamasa.

En resumen, la Monarquía Hispánica se encontraba en una situación de franca inferioridad tanto en navíos como en tropas. A todo esto hay que añadir las dificultades que siempre tuvo para reclutar flotas y armar tropas para enfrentarse a los turcos, y los temores que en la propia España se tenía de una invasión turca con ayuda de la “5ª columna “morisca.  Es decir, la ayuda tendría muchas dificultades o sería prácticamente imposible.

El 20 de mayo de 1565 la flota otomana llega a la isla de Malta y desembarca en la bahía de Marsaxlokk  y desde allí se dirigen a la ciudad del Burgo en medio de un estruendo de “muchos atabales, clarines, gaitas, chirimías, trompetas, cornamusas y otros instrumentos que no se podían divisar” según explica Francesco Balbi, espectador del momento.

Uno de los principales problemas que tuvo durante todo el conflicto el ejército otomano fue la división de opiniones entre sus diferentes mandos.  El mando lo ostentaba Mustafa Pacha, quinto Visir del Divan (el gobierno del sultan), Pialí Pacha como almirante de la flota y Turgut Reis (o también conocido como Dragut) que era el gobernador de  Trípoli y máximo conocedor de las aguas del Mediterráneo occidental y terror de las costas cristianas.  Las discrepancias entre Pialí y Dragut fueron constantes y llevaron finalmente la invasión al desastre.

Asedio en Malta

El asedio

A pesar de que Mustafa Pacha deseaba lanzar el ataque directamente sobre la ciudad del Burgo, Pialí exige tomar antes el castillo de San Telmo para poder tener sus naves a salvo en la bahía de Marsamxett  que estaba defendida por este castillo. 

El castillo de San Telmo  fue construido en 1552 por el ingeniero español  Pedro Pardo. Antes de la llegada de los caballeros era una simple torre defensiva, pero estos  lo transformaron en un castillo con cuatro baluartes y una tenaza. Al conocer la noticia de los preparativos turcos de invasión le añadieron un caballero más alto que el resto de la fortificación y un revellín en el lado izquierdo unido al castillo con un lienzo.  Tenía algunos defectos como  no contar con aspilleras para disparar y la falta de poternas imposibilitaba hacer salidas al nivel del foso.

San Telmo contaba con 1500 defensores entre caballeros, soldados españoles y milicianos malteses.  

Pialí Pacha exigirá lanzar  un fuerte ataque artillero. En el siglo XVI el imperio otomano era una potencia artillera y sus piezas eran conocidas en toda Europa, Hay que recordar los inmensos cañones que batieron las murallas de Constantinopla durante el asedio turco.

El jueves  25 de mayo de 1565 se desembarcaron de las galeras una gran cantidad de cañones  mientras se comenzaban a cavar trincheras de circunvalación. El 31 de mayo 24 cañones comenzaron a batir las murallas del aislado castillo. Mientras las trincheras ya se habían terminado y los soldados otomanos se prestaban al asalto.

El pirata Dragut llego en ese momento con la parte de la flota que le correspondía. Al ver el asalto al castillo se enojó mucho ya que estaba de acuerdo con Mustafá Pacha al considerar más importante la captura del Burgo que la de San Telmo. Pensaba que si capturaban el Burgo, el castillo de San Telmo caería solo, pero con el Burgo, San Telmo sería mucho más difícil de tomar.

Después de un terrible bombardeo, el 3 de junio las mejores tropas del Sultán asaltaron el revellín exterior, que estaba defendido por Jerónimo Sagra y sus hombres.  Resistieron el intenso ataque durante varias horas hasta que sucumbieron, no sin antes dejar en campo más de 500  hombres de las mejores tropas turcas.

Los turcos ampliaron el campo de tiro contra San Telmo y abrieron fuego contra él no solo frontalmente sino también desde otros puntos de la bahía, generando un mortal fuego cruzado.  Las descargas provocaron graves daños en tres baluartes. Con muchas dificultades los defensores pudieron cubrir las brechas con gaviones que habían conseguido recibir en una pequeña flotilla que se envió desde el Burgo.

Mientras un infierno de hierro y fuego llovía sobre los defensores, los gastadores otomanos cavaban en la dura roca trincheras de aproximación frente a la contra escarpa.

El 16 de junio, los turcos lanzaron un violento ataque general. En un pulso violentísimo en el que se utilizaron tanto las  armas habituales como mosquetes,  arcabuces , espadas, rodelas, picas y otras más novedosas como aros de fuego, granadas de pez y azufre que se adherían a las sedas de los jenízaros y extendían el fuego por todo su cuerpo produciendo terribles heridas .  Tras siete horas de  sangre y fuego los cristianos consiguieron rechazar a sus enemigos, que se retiraron dejando en el campo más de mil hombres, entre ellos numerosos guerreros de calidad. Las bajas de la Orden también fueron muy altas, más de 150, además de muchísimos heridos.  Uno de ellos fue el capitán Medrano, que cayó de un balazo en la cabeza mientras dirigía a las tropas españolas que defendían San Telmo. Contra lo que pudiera parecer, muchos galeotes y boyas buenas (remeros de galeras a sueldo), lucharon con gran valor hasta la muerte. En las manos de los cristianos además de los muros de San Telmo,  quedaron tres banderas de los principales generales otomanos, Pacha y Dragut.  

Asedio en Malta

El Fin

Ante la tozuda resistencia de los defensores, los turcos mantuvieron el constante cañoneo, incluidos los  dos cañones que habían instalado en el revellín capturado al capitán Medrano que habrían fuego casi a bocajarro.  Conectando el  revellín con el baluarte los gastadores turcos construyeron un puente que les permitía hacer ataques constantes. Los defensores fracasaron en su intento de destruir el puente, lo que permitió a los turcos ocupar también el foso. Con pieles de cabra rellenas de tierra, los musulmanes crearon un murete para realizar los asaltos. También les ayudo una rampa construida hacia uno de los baluartes.

El asalto masivo del 23 de junio a la fortificación,  derruida y reducida a escombros, hizo sucumbir a los 100 últimos defensores, agotados por la falta de sueño, las heridas  y el incesante bombardeo. Más de mil quinientos hombres de todas las naciones de la orden cayeron en la defensa del Castillo de San Telmo, entre ellos ochenta y nueve caballeros y diecisiete frailes. Solo nueve caballeros y algunos malteses evitaron ser decapitados por lo jenízaros al ser capturados por los corsarios que buscaban conseguir rescate por ellos.

La toma de San Telmo se cobró un alto precio al ejército del Sultán.  No solo perdió miles de valiosos guerreros, también perdió uno de sus más valiosos generales, Dragut al recibir el impacto de la metralla de un cañonazo. Pero más importante fueron las semanas que se perdieron en su conquista y que permitió la llegada de las tropas española del Pequeño Socorro y finalmente del Gran Socorro,  que finalmente  salvaría  la isla de la invasión otomana.

dibujo línea castillo malta

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